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Morfología detallada de la tercera declinación

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La tercera declinación latina es la más compleja de las cinco, aunque sin duda es mucho más sencilla que la tercera declinación griega. Para la mayoría de las personas, lo que explicamos de los sustantivos de la 3.ª declinación y los adjetivos de la segunda clase es totalmente suficiente. Sin embargo, esta clase complementaria será estupenda para quien quiera tener un conocimiento más completo de la morfología latina.

Lo explico todo en este vídeo, de ⏳ 34 m 30 s ⌛ de duración:

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Por qué la tercera declinación es tan compleja

La tercera declinación es una mezcla homogeneizada de dos antiguas declinaciones: la declinación de los temas en consonante y la declinación de los temas en ‑i. Aunque ya desde el latín más antiguo la homogeneización es bastante completa, aún persisten en el latín clásico algunas diferencias entre ambos tipos de temas.

Especialmente en los temas en consonante, como consecuencia de la propia declinación de los sustantivos, tienen lugar algunos fenómenos fonéticos que explican en buena parte que el nominativo sea anómalo y que, por eso, siempre debamos obtener el tema a partir del genitivo.

Cambios fonéticos generales

Entre los cambios fonéticos más importantes, hemos de considerar los siguientes, frecuentes sobre todo en los sustantivos con tema en consonante, pero realmente presentes en todo el latín.

A causa de la apofonía, una vocal breve tiende a convertirse en i cuando, en los casos oblicuos, está en una sílaba interior de la palabra:

  • Apollo, Apollĭnis < Apollŏnis

Una r contigua por detrás suele abrir una i breve en e breve:

  • cinis, cinĕris < cinĭris

El rotacismo hace que una s intervocálica se convierta en r:

  • honos, honoris < honosis

Temas en consonante

En latín frecuentemente hablamos, simplemente, de los temas en consonante en conjunto, mientras que en griego hacemos muchas divisiones según grupos de consonantes. Realmente, en latín también cabe la siguiente división:

  • oclusivas (labiales, dentales, velares)
    • /p, b/, /t, d/, /k, g/
  • sonantes (nasales y líquidas)
    • /m, n/, /l, ɾ/
  • silbante
    • /s/

Temas en oclusiva

El nominativo animado (masculino y femenino) es sigmático. Pueden aplicarse los cambios fonéticos generales que correspondan en los casos oblicuos.

Los temas en labial no sufren más que los cambios fonéticos generales.

  • princep > principprinceps, principis
  • urb → urbs, urbis

(realmente, sustantivos como urbsplebs son originariamente de tema en ‑i, asimilados en mayor o menor medida a los temas en consonante)

Los temas en dental son los que sufren el mayor cambio en el nominativo, ya que desaparece la dental:

  • mile(t)‑ > milit‑miles, militis
  • pe(d)‑pes, pedis

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Los temas en velar solo sufren los cambios fonéticos generales, pero ortográficamente hemos de recordar que /ks/ y /gs/ se escriben ‹x›:

  • iudec‑ > iudic‑iudex, iudicis
  • leg‑lex, legis

Los sustantivos neutros tienen desinencia ∅ en el nominativo y pueden sufrir los cambios fonéticos generales que correspondan.

Principalmente en los temas en dental, puede perderse la dental final del nominativo-acusativo, ya que suele quedar en una posición donde es difícil de pronunciar:

  • lactlac, lactis
  • cordcor, cordis

Temas en sonante

El nominativo tiene desinencia ∅ en todos los géneros. (La única excepción es hiems, hiemis, que además es el único sustantivo con tema en m).

Los temas en n animados suelen presentar un tema en ‑on y tienen dos subtipos que se diferencian únicamente por la presencia, o no, de apofonía. No podemos saber, a partir del nominativo, si un sustantivo es de un tipo o de otro, más que atendiendo al genitivo. En estos temas en ‑on, desaparece la n en el nominativo independientemente de que haya o no apofonía:

  • legio(n)‑legio, legiōnis
  • homo(n)‑homo, homĭnis < homŏnis

Otros temas en n son menos frecuentes y no pierde la n en el nominativo:

  • tubicen‑ > tubicin‑tubicen, tubicĭnis < tubicĕnis

En los neutros, suelen ser del tipo ‑men, ‑minis, siempre con apofonía en los casos oblicuos:

  • carmen‑ > carmin‑carmen, carminis

Los temas en líquida no sufren cambios específicos. Solo tenemos algunas excepciones:

  • pater, patris, mater, matris y frater, fratris en principio aparentan ser temas en ‑i por ser parisílabos, pero se explica por este tipo especial de tema ‑ter, ‑t(e)ris
  • si el tema termina en consonante geminada (normalmente neutros), se simplifica en el nominativo: mel, mellis

Temas en silbante

El nominativo tiene desinencia ∅ en todos los géneros (la s final es parte de la raíz). Siempre vamos a tener rotacismo.

En los sustantivos animados, el rotacismo puede incluso afectar al nominativo por analogía con los casos oblicuos, aunque no es posible saber de antemano qué sustantivos aplican la analogía y cuáles no:

  • flos, floris
  • honos/honor, honoris
  • arbor/arbos, arboris

Hablo algo más sobre todo esto en el siguiente vídeo:

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En los inanimados, siempre vamos a tener cierre del nominativo original ‑os en ‑us. Además, los casos oblicuos pueden ser de dos tipos: genitivo en ‑oris o en ‑eris; no es posible saber de antemano qué sustantivos son de un tipo o de otro.

  • tempus, temporis < tempos, temposis
  • genus, generis < genos, genesis

Temas en ‑i

Reciben este nombre porque originariamente el tema siempre terminaba en ‑i y esta aparecía en todos los casos, incluyendo los acusativos turrimturris. Sin embargo, por la homogeneización de la tercera declinación en general, la declinación de temas en ‑i llegó a ser casi idéntica a la de los temas en consonante.

Los sustantivos animados tienen un nominativo sigmático.

Los sustantivos neutros tienen desinencia ∅, pero lo normal es que la ‑i final del nominativo evolucione a ‑e:

  • mare, maris < mari, maris

Además, los sustantivos con tema en ‑ali o ‑ari muy frecuentemente pierden la vocal final en el nominativo, por lo que aparentan ser temas en consonante líquida, pero actúan como temas en ‑i:

  • animal, animalis < animali, animalis

Temas mixtos

Ya hemos mencionado la homogeneización de la tercera declinación, que tiende a regularizarse como temas en consonante con restos del tema en ‑i en muchos sustantivos que originariamente eran de tema en ‑i.

Además de esto, resultan algunos sustantivos con tema mixto, teóricamente declinados en consonante en singular y en ‑i en el plural. Aquí hay mucha vacilación y no merece la pena entrar en más detalle, pero, por poner un ejemplo, tenemos el caso de plebs, plebis, originariamente de tema en ‑i (plebis, plebis), que suele aparecer como plebemplebeplebes/plebis, plebium, pero en época tardía incluso como plebum.

«Morfología detallada de la tercera declinación» es una clase de Videocursos de Lingüística y Humanidades y ACADEMIALATIN.com, de Javier Álvarez


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