En la decimoséptima clase del curso de gramática histórica del español comenzamos con la morfosintaxis nominal. Estudiaremos la pérdida de la flexión casual latina en las lenguas romances, los cambios de género y número y la evolución de los adjetivos.
Morfosintaxis nominal
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Resumen de la morfosintaxis nominal
Estos son los contenidos que hemos aprendido en los ⏳ 38 m 47 s ⌛ del vídeo de esta clase.
Pérdida de la flexión casual
El latín, siendo más sintético, usaba desinencias nominales (casos) para marcar funciones sintácticas. Sin embargo, una misma desinencia no era exclusiva, sino que podía marcar diversos casos en varias declinaciones; ni siquiera marcaban género o número. Ya en el propio latín se usaban las preposiciones.
En el latín vulgar y en romance se extiende el uso de preposiciones y se va estableciendo un orden de palabras más fijo para marcar la sintaxis.
El derrumbe del sistema casual se debe a diversos factores: el caos en la correspondencia de casos, desinencias y funciones; la erosión de las terminaciones por la evolución fonética; el mayor uso de preposiciones; el predominio del caso oblicuo…
El francés medieval y algunos rastros en otras lenguas romances nos dejan entrever que en un principio debió de haber un sistema bicasual de caso nominativo-recto y acusativo-oblicuo. Todo esto está explicado en mayor detalle, con texto y vídeos, en este artículo.
A pesar de la desaparición del sistema casual generalizada, aún perviven unos pocos restos de palabras, expresiones, etc. fosilizadas en casos diferentes al acusativo-oblicuo, como por ejemplo terremoto o Dios.
Cambios de género y número
En latín no existía una marca específica de plural, pero sí daba la casualidad de que el acusativo plural (no neutro) terminaba siempre en -S, que se reanalizó como marca de plural.
En cuanto al género, el cambio más acusado es la pérdida del neutro, cuyos sustantivos pasan al masculino; sin embargo, algunos neutros plurales se reanalizan como femeninos colectivos (p. ej. leña, de LIGNA, plural de LIGNUM). Aparte de esto, por lo general se conserva en español el género del latín.
Los adjetivos
Ya en latín vulgar —y triunfa en algunos romances— estaba la tendencia de querer añadir moción de género a adjetivos que en latín clásico no la tenían: TRISTIS NON TRISTUS.
Lo más interesante al respecto de los adjetivos es la cuestión de los grados del adjetivo. En latín los comparativos y superlativos se formaban de forma preferentemente sintética, aunque ya había casos analíticos.
En los comparativos se extiende la formación analítica con MAGIS > más, y el segundo término de la comparación se expresa también solo analíticamente. Los únicos comparativos sintéticos patrimoniales en español son mejor, peor, mayor y menor.
El superlativo en ‑ISSIMUS (‑ERRIMUS, ‑ILLIMUS) desaparece casi por completo y es sustituido principalmente por muy < MULTUM. El actual sufijo ‑ísimo es un cultismo que no terminó de arraigar hasta finales del siglo XIX.
Por último, vemos brevemente la desaparición del genitivo para el complemento del nombre, que pasa a expresarse mediante un sintagma preposicional con de.
En esta clase hemos estudiado el núcleo del sintagma nominal y la parte del adyacente. Nos queda toda la cabeza del sintagma: determinantes, artículos, demostrativos, posesivos, etc.
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«Curso de gramática histórica del español #17: Morfosintaxis nominal» es una clase de Videocursos de Lingüística y Humanidades y ACADEMIALATIN.com, de Javier Álvarez