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La sintaxis básica que necesitas entender en español: teoría, ejemplos y trucos

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Tienes que saber sintaxis. Incluso si la odias o tienes un grave trauma escolar con ella, necesitas la sintaxis. Toda lengua tiene una gramática y una sintaxis: no puedes aprender una lengua sin entender, al menos, la sintaxis básica de tu propia lengua.

Esto es precisamente lo que vamos a aprender en esta clase: lo fundamental de la sintaxis española. Para ello, explicaremos la teoría estrictamente necesaria, con ejemplos, y daremos trucos para entenderlo todo. Al final, practicaremos con oraciones y las corregiremos y explicaremos.

Lo explico todo en este vídeo, de ⏳ 40 m 56 s ⌛ de duración:

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El método de aprendizaje de lenguas clásicas (latín y griego) conocido usualmente como gramática-traducción se fundamenta, en muy resumidas cuentas, en dos pasos:

  1. Estudia un nuevo contenido gramatical
  2. Aplica ese nuevo contenido a un texto que has de analizar morfosintácticamente y traducir al español

Probablemente no hará falta decirlo: para realizar un análisis sintáctico de un texto en latín, hemos de conocer los rudimentos de la sintaxis y, para ello, tenemos que empezar teniendo las bases de la sintaxis española.

Aunque te pueda extrañar, para esto no hemos de conocer los tipos de sintagmas, ni las partes del sintagma nominal, ni debatir si un determinante es actualizador o modificador; tampoco tenemos que aprender definiciones; ¡ni siquiera tenemos que dividir la oración en sujeto y predicado!

Dominar la sintaxis necesaria es tan fácil como saber identificar los sintagmas fundamentales.

Antes de empezar, tienes que hacer algo muy importante: olvida todo lo que te hayan dicho hasta ahora sobre sintaxis. Muy especialmente, olvida todos los truquis sobre hacer preguntas para identificar tal o cual: no te hacen ningún favor. A partir de ahora, las únicas preguntas permitidas son las que yo diga.

Qué es un sintagma

Un sintagma es un grupo de palabras que están juntas porque tienen la misma función: sujeto, objeto directo, atributo, etc.

A veces un sintagma puede ser una única palabra:

Pepe es alto.

Otras veces un sintagma puede estar formado por muchas palabras:

El vecino que vive en la esquina es alto.

Y, efectivamente, como quizá hayas visto, un sintagma puede abarcar otros sintagmas, que a su vez pueden abarcar otros, etc.:

El vecino que vive en la esquina es alto.

El sujeto

El sujeto no es quien realiza la acción del verbo (no importa qué sea el sujeto), ni se identifica preguntando «quién» al verbo (aunque muy frecuentemente funcione). Tampoco es necesariamente el primer sintagma de la oración.

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Entonces, ¿cómo identificar el sujeto? Muy fácil: cambia el verbo a otra persona y/o número; entonces, el cuerpo te pedirá que cambies otra parte de la oración. Eso es el sujeto.

Se ha caído el vaso.

Se han caído los vasos.

Me duele el pie.

Me duelen los pies.

¡Rodarán cabezas!

¡Rodará tu cabeza!

Como vemos, al cambiar uno, forzosamente cambia el otro (y viceversa). Esto es debido a un fenómeno fundamental que hemos de conocer ya: la concordancia entre el sujeto y el verbo.

Por último, hemos de aclarar que el español es una lengua que no requiere que el sujeto aparezca siempre: en esos casos, el sujeto está elidido u omitido, pero está presente en la estructura profunda:

Hoy he madrugado mucho. → sujeto: yo

Bonus: recuerda que el sujeto nunca lleva preposición.

El atributo

El atributo aparece solo con los verbos «ser», «estar» y «parecer», a menudo inmediatamente detrás de ellos. La estructura de estos verbos (los verbos copulativos) es casi siempre la siguiente:

  1. sujeto
  2. verbo copulativo
  3. atributo

Mi perro es inteligente.

Mi perro está tranquilo.

Mi perro parece feliz.

Solo hay una excepción importante: si lo que está detrás de un verbo copulativo empieza por preposición y se refiere a un lugar, entonces no es el atributo, sino un complemento circunstancial de lugar.

Mi perro está en el jardín.

El objeto directo

El objeto directo no es el que recibe directamente la acción (¿qué es recibir una acción directamente?), ni se identifica preguntando «qué» al verbo ni sustituyéndolo por «lo(s)» o «la(s)» (es probable que seas leísta, y es posible que seas laísta).

El objeto directo es un complemento obligatorio de un tipo determinado de verbos llamados transitivos. Lo único que tenemos que aprender a este respecto es esto:

  • verbo transitivo → requiere objeto directo
  • verbo intransitivo → no admite objeto directo

Pero lo más importante es, al fin y al cabo, saber cómo identificar el objeto directo: tenemos que intentar pasar la oración a voz pasiva. El objeto directo de la voz activa se convierte en el sujeto de la voz pasiva:

El perro persigue el coche.

El coche es perseguido por el perro.

Si el resultado del intento suena antinatural, resulta que el verbo de la oración es intransitivo y por tanto no hay ningún objeto directo:

Me gustan los bocadillos de espinacas.

Los bocadillos de espinacas son gustados por mí.

El objeto directo normalmente no lleva preposición.

Veo una mesa.

Sin embargo, hay una excepción muy importante: si el objeto directo se refiere a una persona (o a un animal de compañía, etc.), llevará la preposición «a».

Veo a mi padre.

Tenemos que tener en cuenta que los verbos copulativos son intransitivos y, por tanto, nunca tienen objeto directo.

Por otra parte, algo que crea confusión al principio es que en español lo que hay es el objeto directo, mientras que en latín y griego es el sujeto (igual que p. ej. en inglés):

Hay una serpiente en mi bota.

El objeto indirecto

El objeto indirecto no es el que recibe indirectamente la acción (¿qué es recibir una acción indirectamente?). Para variar, esta vez sí le preguntamos al verbo: «¿a quién?» (menos frecuentemente «¿para quién?»).

Sin embargo, es fundamental tomar una precaución: solo podemos hacer la pregunta cuando ya hayamos identificado el objeto directo (o hayamos confirmado que no lo hay); de lo contrario, tendremos falsos positivos, pues el objeto directo también puede responder a la pregunta «¿a quién?».

Doy una carta al cartero.

Como vemos, el objeto indirecto siempre va a tener la preposición «a» (menos frecuentemente, la preposición «para»). Como el objeto directo de persona también puede tener la preposición «a», tenemos que ser respetuosos con el orden de identificación de complementos.

El objeto indirecto aparece, sobre todo, en dos tipos de estructuras:

  • ditransitiva → aparece tanto un objeto directo como uno indirecto
  • intransitiva → solo aparece el objeto indirecto

La típica estructura ditransitiva es dar algo a alguienpreguntar algo a alguien, etc.

No hay una típica estructura intransitiva con objeto indirecto, pero son típicos verbos como «gustar» o «doler»:

A mi hermano le gusta el chocolate.

A mi hermano le duele la cabeza.

Los complementos circunstanciales

Los complementos circunstanciales pueden ser de diversos tipos y se identifican fácilmente mediante preguntas al verbo. Los más importantes son:

  • de modo → ¿cómo?
  • de instrumento → ¿con qué?
  • de cantidad → ¿cuánto(s)?
  • de causa → ¿por qué?
  • de finalidad → ¿para qué?
  • de compañía → ¿con quién?
  • de tiempo → ¿cuándo?
  • de lugar
    • en dónde → ¿(en) dónde?
    • de dónde → ¿de dónde?
    • a dónde → ¿a dónde?
    • por dónde → ¿por dónde?

No siempre un sintagma entra claramente en una categoría:

La policía encontró el dinero enterrado con perros sabuesos.

En muchos casos, determinar exactamente el tipo de complemento circunstancial es una cuestión más semántica que sintáctica, por lo que no hay que obsesionarse.

El complemento de régimen

El complemento de régimen es un complemento obligatorio de verbos que exigen una preposición. Es básicamente un objeto directo, pero con una preposición.

Me acuerdo de la historia.

Olvídate de mí.

El complemento del nombre

Normalmente, el complemento del nombre es un sintagma no obligatorio que empieza con la preposición «de» (siempre que no sea un complemento circunstancial o de régimen) y que depende de un sustantivo (= nombre).

Casi siempre expresa una idea de posesión, pertenencia o similares.

El teléfono de mi padre está roto.

La capital de Polonia es Varsovia.

El novio de mi prima es bombero.

Práctica de análisis sintáctico

Acabamos de estudiar la sintaxis fundamental, es decir, acabamos de aprender a identificar los sintagmas más importantes. Nos quedan otros sintagmas (complementos predicativos, aposiciones, etc.) que no considero esenciales para empezar y, por supuesto, la sintaxis oracional (oraciones subordinadas, etc.), que ya se irá estudiando en su momento.

Para afianzar estos conocimiento, vamos a practicar un poco. Tu tarea es analizar las siguientes oraciones siguiendo estrictamente los procedimientos que hemos explicado, indicando cuál es el sujeto incluso si está omitido (además, intenta decir también si el verbo es transitivo, intransitivo o ditransitivo):

El otro día vi a un amigo tuyo.

Por el campo fluye un arroyo.

Siempre te cuento mis secretos.

Me parece muy rara su actitud.

No funciona el ordenador.

El conserje me ha abierto la puerta con un código.

Recomiéndame una película.

No me gustan las películas.

Prefiero los vídeos de YouTube.

Me entretiene mucho este libro.

Revisemos ahora las frases en este vídeo de ⏳ 40 m 56 s ⌛ de duración:

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Con esto damos por concluida esta clase exprés de la sintaxis que necesitas para empezar. Recuerda que puedes aprender más en el curso de sintaxis española inicial.

Siguiente módulo: Las cinco declinaciones →

«La sintaxis básica que necesitas entender en español: teoría, ejemplos y trucos» es una clase de Videocursos de Lingüística y Humanidades y ACADEMIALATIN.com, de Javier Álvarez


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