A continuación tienes uno de los personajes de Sobre los hombres ilustres de Nepote, texto de varias fuentes transcrito, modernizado, etc., por Francisco Javier Álvarez Comesaña para AcademiaLatin.com.
Alcibíades, capitán ateniense, fue almirante de la flota de Atenas contra los siracusanos. Después de que Lisandro tomara la ciudad de Atenas, determinó Alcibíades unirse con el rey de Persia para destruir a los lacedemonios. Recelosos estos de que Alcibíades fuese a hablar al rey de Persia, le mataron a flechazos el año primero de la olimpiada XCIV.

Más sobre Alcibíades
Capítulo I
Su patria, nobleza, hermosura, fama, elocuencia y otras singulares prendas confundidas con los vicios más detestables.
Capítulo II
Su educación y sus parientes. De jovencito le amaron muchos, y después, a su vez, amó él a varios mancebos.
Capítulo III
Por consejo de Alcibíades declaran guerra los atenienses a los siracusanos, y la dirige como general en jefe. Recaen sobre él las sospechas del hecho escandaloso de haber sido derribadas una noche todas las estatuas de Hermes, y aún se teme que atente contra las libertades públicas por las reuniones secretas que se celebraban en su casa.
Capítulo IV
Es acusado, estando ausente, y, habiéndole llamado para defenderse, se refugia en Tebas. Sabidas las circunstancias de su condena, se pasa a los lacedemonios y no piensa sino en vengarse de sus enemigos.
Capítulo V
Temiendo los lacedemonios que Alcibíades se reconciliase con los atenienses, tratan de matarle, lo que le obligó a acogerse a la protección de Tisafernes. Solicita volver a Atenas, y lo consigue después de haber conducido los ejércitos de esta república a la victoria.
Capítulo VI
Salen a recibirle todos los de la ciudad sin hacer caso de los otros dos generales que juntamente con él habían mandado el ejército. Se le devuelven los bienes y se hacen desaparecer todos los monumentos en que se le había infamado.
Capítulo VII
El concepto, demasiado ventajoso que de Alcibíades se habían formado sus conciudadanos, le perjudica en un pequeño desastre que experimenta, pues lo atribuyen a mala voluntad suya; y, sospechando de nuevo de él, le quitan el mando. Cuando lo supo, no quiso regresar a Atenas, sino que se fue a Tracia, donde cobró crédito y riquezas.
Capítulo VIII
Movido todavía Alcibíades por el amor a su patria, propone a los atenienses el modo de vencer a Lisandro, y les ofrece la cooperación del rey de Creta; pero el general Filocles, envidioso de que pudiera atribuirse el buen resultado al dictamen de Alcibíades, no lo sigue y es completamente derrotado.
Capítulo IX
Alcibíades se retira al interior de Tracia creyendo poder ocultar allí sus riquezas, pero se las roban y difícilmente salva la vida y logra pasar a Asia, donde Farnabazo le protege. Deseoso siempre de servir a su patria, procura granjearse la amistad del rey de Persia.
Capítulo X
Lisandro, estimulado por Critias y los demás tiranos de Atenas, pide a Farnabazo que le entregue a Alcibíades y logra que, olvidando la amistad que profesaba a este, envíe dos hombres para matarle. Temiendo ellos acometerle cara a cara, incendian la choza en que dormía y, al escapar de las llamas, le quitan la vida disparándole algunos dardos.
Capítulo XI
Están muy discordes los autores al emitir su juicio acerca de Alcibíades. Tres sumamente respetables le elogian, y la verdad es que siempre se acomodó a las costumbres de aquellos entre quienes vivía, descollando en lo bueno y en lo malo.
Notas
Capítulo I
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«Alcibíades de Atenas, hijo de Clinias» es un contenido de Paco Álvarez publicado en ACADEMIALATIN.com