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Libro primero de la «Biblioteca mitológica» de Apolodoro

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A continuación tienes una de las partes de la Biblioteca mitológica de Apolodoro (Pseudo-Apolodoro), en la traducción a partir de la inglesa de James George Frazer (1854-1941). Si vas a usar estos materiales, echa un vistazo a la licencia 📝.

1.1.1 Urano fue el primero que gobernó el mundo entero y, habiéndose casado con Gea, engendró primero a los centímanos, como se les llama: Briareo, Gíes, Coto, que eran insuperables en tamaño y poder, teniendo cada uno de ellos cien manos y cincuenta cabezas.

1.1.2 Después de estos, Gea le engendró a los cíclopes, a saber, Arges, Estéropes, Brontes, cada uno de los cuales tenía un ojo en la frente; pero a ellos Urano los encadenó y los arrojó al tártaro, un lugar sombrío en el Hades tan distante de la tierra como la tierra lo está del cielo.

1.1.3 Y de nuevo engendró hijos de Gea, a saber, los titanes, como se les llama: Océano, Ceo, Hiperión, Crío, Jápeto y, el más joven de todos, Crono; también hijas, las titánides como son llamadas: Tetis, Rea, Temis, Mnemósine, Febe, Dione, Tía.

1.1.4 Pero Gea, afligida por la perdición de sus hijos, que habían sido arrojados al tártaro, persuadió a los titanes para que atacaran a su padre, y entregó a Crono una hoz adamantina. Y ellos, todos menos Océano, le atacaron, y Crono le cortó los genitales a su padre y los arrojó al mar; y de las gotas de la sangre que manaba nacieron las erinias, a saber, Alecto, Tisífone y Megera. Y, habiendo destronado a su padre, hicieron subir a sus hermanos, los que habían sido arrojados al tártaro, y encomendaron la soberanía a Crono.

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1.1.5 Pero este volvió a encadenarlos y encerrarlos en el tártaro y se casó con su hermana Rea; y, como tanto Gea como Urano le predijeron que sería destronado por su propio hijo, se tragaba a sus vástagos al nacer. Se tragó a su primogénita Hestia, luego a Deméter y Hera, y después a Plutón y Poseidón.

1.1.6 Enfurecida por esto, Rea fue a Creta, cuando estaba preñada con Zeus, y lo trajo al mundo en una cueva de Dicte. Se lo dio a los curetes y a las ninfas Adrastia e Ida, hijas de Meliseo, para que lo amamantaran.

1.1.7 Así pues, estas ninfas alimentaron al niño con la leche de Amaltea; y los curetes en armas protegieron al niño en la cueva, chocando sus lanzas contra sus escudos para que Crono no pudiera oír la voz del niño. Pero Rea envolvió una piedra en pañales y se la dio a Crono para que se la tragara como si fuera el niño recién nacido.

1.2.1 Pero cuando Zeus creció, tomó a Metis, hija de Océano, para que le ayudara, y ella le dio a Crono una droga para que la ingiriera, la cual le hizo vomitar primero la piedra y luego a los niños que se había tragado, y con su ayuda Zeus emprendió la guerra contra Crono y los titanes. Lucharon durante diez años, y Gea profetizó la victoria a Zeus si tenía como aliados a los que habían sido arrojados al tártaro. Así pues, mató a su carcelera, Campe, y les quitó las cadenas. Y los cíclopes dieron entonces a Zeus truenos y relámpagos y un rayo, y a Plutón le otorgaron un yelmo, y a Poseidón, un tridente. Armados con estas armas, los dioses vencieron a los titanes, los encerraron en el tártaro y nombraron a los centímanos sus guardianes; pero ellos mismos echaron a suertes la soberanía, y a Zeus se le asignó el dominio del cielo, a Poseidón el dominio del mar, y a Plutón el dominio en el Hades.

1.2.2 Ahora bien, de los titanes nacieron hijos: de Océano y Tetis nacieron las Oceánides, a saber, Asia, Estigia, Electra, Doris, Eurínome, Anfitrite y Metis; de Ceo y Febe nacieron Asteria y Leto; de Hiperión y Tía nacieron Aurora, Sol y Luna; de Crío y Euribía, hija del Mar (Ponto), nacieron Astreo, Palas y Perses;

1.2.3 de Jápeto y Asia nació Atlas, que tiene el cielo sobre sus hombros, y Prometeo, y Epimeteo, y Menecio, aquel a quien Zeus en la batalla con los titanes hirió con un rayo y arrojó al tártaro.

1.2.4 Y de Crono y Filira nació Quirón, un centauro de doble forma; y de Aurora y Astreo nacieron vientos y estrellas; de Perses y Asteria nació Hécate; y de Palas y Estigia nacieron Victoria, Dominio, Emulación y Violencia.

1.2.5 Pero Zeus hizo que se hicieran juramentos por el agua de Estigia, que fluye de una roca en el Hades, concediéndole este honor, porque ella y sus hijos habían luchado de su lado contra los titanes.

1.2.6 Y de Ponto y de Gea nacieron Forco, Taumante, Nereo, Euribía y Ceto. De Taumante y Electra nacieron Iris y las arpías, Aelo y Ocípete; y de Forco y Ceto nacieron las Fórcides y las gorgonas, de las que hablaremos cuando tratemos de Perseo.

1.2.7 De Nereo y Doris nacieron las nereidas, cuyos nombres son Cimótoe,​ Espeo, Glaucónome,​ Nausítoe,​ Halia, Erató,​ Sao,​ Anfitrite, Eunice, Tetis, Eulímene,​ Ágave,​ Eudora,​ Doto, Ferusa, Galatea, Acteea,​ Pontomedusa,​ Hipótoe, Lisianasa,​ Cimo,​ Éyone,​ Halimede, Plexaura,​ Eucrante,​ Proto,​ Calipso, Pánope, Cranto,​ Neomerís,​ Hipónoe,​ Yanira,​ Polínome,​ Autónoe,​ Mélite,​ Dione, Nesea,​ Dero, Evágora,​ Psámate, Eumolpe,​ Yone,​ Dinámene,​ Ceto​ y Limnoria.

1.3.1 Zeus se casó con Hera y engendró a Hebe, Ilitía y Ares, pero tuvo relaciones con muchas mujeres, tanto mortales como inmortales. De Temis, hija de Urano, tuvo hijas, las horas, a saber, Paz, Orden y Justicia; también las moiras, a saber, Cloto, Láquesis y Átropo; de Dione tuvo a Afrodita; de Eurínome, hija de Océano, tuvo las cárites, a saber, Aglaya, Eufrósine y Talía; de Estigia tuvo a Perséfone; y de Mnemósine tuvo a las musas, primero Calíope, luego Clío, Melpómene, Euterpe, Erató, Terpsícore, Urania, Talía y Polimnia.

1.3.2 Calíope dio a luz para Eagro o, nominalmente, para Apolo, un hijo, Lino, a quien mató Heracles; y otro hijo, Orfeo, que practicaba la música y con sus canciones conmovía piedras y árboles. Y cuando murió su esposa Eurídice, mordida por una serpiente, bajó al Hades, deseoso de hacerla subir, y persuadió a Plutón para que la enviara hacia arriba. El dios prometió hacerlo, si en el camino Orfeo no se daba la vuelta hasta llegar a su propia casa. Pero Orfeo desobedeció y, al volverse, vio a su esposa, por lo que ella regresó. Orfeo también inventó los misterios de Dioniso, y, habiendo sido despedazado por las ménades, está enterrado en Pieria.

1.3.3 Clío se enamoró de Piero, hijo de Magnes, como consecuencia de la ira de Afrodita, a quien había burlado con su amor a Adonis; y, habiéndose unido con él, le dio un hijo, Jacinto, por quien Tamiris, hijo de Filamón y de una ninfa, Argíope, concibió gran pasión, siendo él el primero en enamorarse de los varones. Pero después Apolo se enamoró de Jacinto y lo mató involuntariamente lanzándole un disco. Y Tamiris, que sobresalía en belleza y en la música, se enzarzó en un concurso musical con las musas, con el acuerdo de que, si ganaba, disfrutaría de todas ellas, pero que, si era derrotado, él se vería privado de lo que ellas quisieran. Así pues, las musas le ganaron y le privaron tanto de sus ojos como de su música.

1.3.4 Euterpe tuvo junto al río Estrimón un hijo, Reso, a quien Diomedes mató en Troya; pero algunos dicen que su madre fue Calíope. Talía tuvo de Apolo a los coribantes; y Melpómene tuvo de Aqueloo a las sirenas, de las que hablaremos al tratar de Odiseo.

1.3.5 Hera dio a luz a Hefesto sin coito con el otro sexo, pero según Homero fue uno de sus hijos con Zeus. A él Zeus lo arrojó del cielo porque fue al rescate de Hera encadenada; pues, cuando Heracles había tomado Troya y estaba en el mar, Hera envió una tormenta tras él, así que Zeus la colgó del Olimpo. Hefesto cayó en Lemnos y quedó cojo de las piernas, pero Tetis lo salvó.

1.3.6 Zeus tuvo relaciones con Metis, que se transformó en muchas formas para evitar que la agarrara. Cuando estaba encinta, Zeus, tomando el tiempo por la cola, se la tragó, porque Gea dijo que, después de dar a luz a la doncella que entonces estaba en su vientre, Metis tendría un hijo que sería el señor del cielo. Por miedo a eso Zeus se la tragó. Y cuando llegó el momento del parto, Prometeo o, como dicen otros, Hefesto golpeó la cabeza de Zeus con un hacha, y Atenea, completamente armada, saltó desde lo alto de su cabeza al río Tritón.

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1.4.1 De las hijas de Ceo, Asteria, con la apariencia de una codorniz, se arrojó al mar para escapar de los avances amorosos de Zeus, y una ciudad se llamó antiguamente Asteria en su honor, pero después se llamó Delos. Pero Leto, por su intriga con Zeus, fue perseguida por Hera por toda la tierra, hasta que llegó a Delos y dio a luz primero a Ártemis, con cuya ayuda como partera dio a luz después a Apolo.

Ártemis se dedicó a la caza y permaneció virgen; pero Apolo aprendió el arte de la profecía de Pan, el hijo de Zeus e Hibris, y llegó a Delfos, donde Temis solía pronunciar oráculos; y cuando la serpiente Pitón, que custodiaba el oráculo, le impidió acercarse a la grieta, la mató y se apoderó del oráculo. Poco después mató también a Ticio, que era hijo de Zeus y de Elare, hija de Orcómeno; por ella, después de haberla corrompido, Zeus se escondió bajo tierra por miedo a Hera, y sacó a la luz al hijo Ticio, de tamaño monstruoso, que ella había llevado en su vientre. Cuando Leto llegó a Pitón, Ticio la vio y, dominado por la lujuria, la arrastró hacia él. Pero ella llamó a sus hijos en su ayuda, y ellos lo derribaron con sus flechas; y es castigado incluso después de muerto, pues los buitres se comen su corazón en el Hades.

1.4.2 Apolo también mató a Marsias, el hijo de Olimpo, pues Marsias, habiendo encontrado las cañas que Atenea había tirado porque le desfiguraban el rostro, entabló un concurso musical con Apolo. Acordaron que el vencedor debía obrar su voluntad sobre el vencido, y, cuando tuvo lugar la prueba, Apolo puso su lira boca abajo en la competición y ordenó a Marsias que hiciera lo mismo. Pero Marsias no pudo, así que Apolo fue juzgado vencedor y despachó a Marsias colgándolo de un alto pino y despojándolo de su piel.

1.4.3 Y Ártemis mató a Orión en Delos. Dicen que era de estatura gigantesca y nacido de la tierra; pero Ferécides dice que era hijo de Poseidón y Euríale. Poseidón le confirió el poder de cruzar el mar a grandes zancadas. Primero se casó con Side, a quien Hera arrojó al Hades porque rivalizaba con ella en belleza. Después fue a Quíos y cortejó a Mérope, hija de Enopión. Pero Enopión lo emborrachó, le sacó los ojos mientras dormía y lo arrojó a la playa. Pero él fue al taller de Hefesto y, cogiendo a un muchacho, lo puso sobre sus hombros y le ordenó que lo condujera a la salida del sol. Al llegar allí fue curado por los rayos del sol, y, habiendo recuperado la vista, se apresuró a toda velocidad contra Enopión.

1.4.4 Pero Poseidón había preparado para él una casa bajo tierra construida por Hefesto. Y la Aurora se enamoró de Orión y se lo llevó y lo llevó a Delos, pues Afrodita hizo que la Aurora estuviera perpetuamente enamorada, porque se había acostado con Ares.

1.4.5 Pero Orión fue muerto, como algunos dicen, por desafiar a Ártemis a una competición de disco, pero otros dicen que le disparó Ártemis por mostrar violencia a Opis, una de las doncellas que había acudido desde los hiperbóreos.

Poseidón se casó con Anfitrite, hija de Océano, y de él nacieron Tritón y Rode, que estaba casada con el Sol.

1.5.1 Plutón se enamoró de Perséfone y con la ayuda de Zeus se la llevó en secreto. Pero Deméter anduvo buscándola por toda la tierra con antorchas de noche y de día y, al enterarse por la gente de Hermión de que Plutón se la había llevado, se enfureció con los dioses y abandonó el cielo, y fue en forma de mujer a Eleusis. Primero se sentó en la roca que lleva su nombre, junto al llamado Pozo de las Bellas Danzas; después se dirigió a Celeo, que reinaba entonces sobre los eleusinos. Algunas mujeres estaban en la casa, y, cuando la invitaron a sentarse junto a ellas, cierta vieja, Yambe, bromeó con la diosa y la hizo sonreír. Por eso se dice que las mujeres hacen bromas en las Tesmoforias.

Pero Metanira, esposa de Celeo, tuvo un hijo, y Deméter lo recibió para cuidarlo, y, deseando hacerlo inmortal, ponía al bebé por las noches en el fuego y le despojaba de su carne mortal. Pero mientras Demofonte —porque así se llamaba el niño— crecía maravillosamente de día, Praxítea observaba y, al descubrirlo metido en el fuego, gritó, por lo que el bebé fue consumido por el fuego y la diosa se reveló a sí misma.

1.5.2 Pero para Triptólemo, el mayor de los hijos de Metanira, hizo un carro de dragones alados y le dio trigo, con el que, surcando el cielo, sembró toda la tierra habitada. Pero Paniasis afirma que Triptólemo era hijo de Eleusis, pues dice que Deméter acudió a él. Ferécides, sin embargo, dice que era hijo de Océano y Gea.

1.5.3 Pero cuando Zeus ordenó a Plutón que enviara de vuelta a la doncella, Plutón le dio a comer una semilla de granada para que no se quedara mucho tiempo con su madre. Sin prever las consecuencias, se la tragó; y como Ascálafo, hijo de Aqueronte y Gorgira, testificó contra ella, Deméter le impuso una pesada roca en el Hades. Pero Perséfone se vio obligada a permanecer un tercio de cada año con Plutón y el resto del tiempo con los dioses.

1.6.1 Tal es la leyenda de Deméter. Pero Gea, enfadada a causa de los titanes, dio a luz a los gigantes, a los que tuvo con Urano. Estos eran incomparables en la corpulencia de sus cuerpos e invencibles en su fuerza; su aspecto era terrible, con largos cabellos cayéndoles de la cabeza y la barbilla, y con escamas de dragón por pies. Nacieron, según algunos, en Flegras, pero, según otros, en Palene; y lanzaban rocas y robles ardientes al cielo. Por encima de todos los demás estaban Porfirión y Alcioneo, que incluso era inmortal mientras luchara en su tierra natal. También ahuyentó a las vacas del Sol de Eritrea. Ahora bien, los dioses tenían un oráculo que decía que ninguno de los gigantes podía perecer a manos de los dioses, sino que con la ayuda de un mortal se acabaría con ellos. Al enterarse de esto, Gea buscó una forma sencilla de evitar que los gigantes fueran destruidos incluso por un mortal. Pero Zeus prohibió que brillaran la Aurora, la Luna y el Sol, y entonces, antes de que nadie más pudiera conseguirlo, él mismo lo buscó, y por medio de Atenea convocó a Heracles en su ayuda. Heracles disparó primero a Alcioneo una flecha, pero, cuando el gigante cayó al suelo, revivió un poco. Sin embargo, por consejo de Atenea, Heracles lo arrastró fuera de Palene, y así el gigante murió.

1.6.2 Pero en la batalla Porfirión atacó a Heracles y a Hera. Sin embargo, Zeus le inspiró lujuria por Hera, y, cuando aquel le rasgó las vestiduras y quiso forzarla, ella pidió ayuda, y Zeus lo hirió con un rayo, y Heracles lo mató con una flecha. En cuanto a los otros gigantes, Efialtes fue herido por Apolo con una flecha en el ojo izquierdo y por Heracles en el derecho; Éurito fue muerto por Dioniso con un tirso, y Clitio por Hécate con antorchas, y Mimante por Hefesto con proyectiles de metal al rojo vivo. Encélado huyó, pero Atenea arrojó sobre él en su huida la isla de Sicilia; y ella desolló a Palas y usó su piel para proteger su propio cuerpo en la lucha. Polibotes fue perseguido a través del mar por Poseidón y llegó a Cos; y Poseidón, rompiendo aquel trozo de la isla que se llama Nisiro, lo arrojó sobre él. Y Hermes, llevando el casco de Hades, mató a Hipólito en la lucha, y Ártemis mató a Gración. Y las moiras, luchando con garrotes de bronce, mataron a Agrio y a Toante. A los otros gigantes Zeus los hirió y destruyó con rayos, y a todos ellos Heracles les disparó flechas mientras morían.

1.6.3 Cuando los dioses hubieron vencido a los gigantes, Gea, aún más enfurecida, tuvo relaciones con Tártaro y dio a luz a Tifón en Cilicia, un híbrido entre hombre y bestia. En tamaño y fuerza superaba a todos los vástagos de Gea. Hasta los muslos tenía forma humana y un volumen tan prodigioso que sobrepasaba todas las montañas, y su cabeza rozaba a menudo las estrellas. Una de sus manos se extendía hacia el oeste, y la otra, hacia el este, y de ellas salían cien cabezas de dragón. Desde los muslos hacia abajo tenía enormes espirales de víboras que, cuando se desenrollaban, llegaban hasta su misma cabeza y emitían un fuerte siseo. Su cuerpo era todo alado: el pelo despeinado le caía al viento por la cabeza y las mejillas, y de sus ojos salía fuego. Tal y tan grande era Tifón cuando, lanzando rocas encendidas, se dirigió al mismo cielo con siseos y gritos, escupiendo un gran chorro de fuego por la boca. Pero cuando los dioses lo vieron precipitarse hacia el cielo, huyeron hacia Egipto, y al ser perseguidos cambiaron sus formas en las de animales. Sin embargo, Zeus lanzó rayos a Tifón a distancia, y de cerca lo abatió con una hoz adamantina, y mientras huía lo persiguió de cerca hasta el monte Casio, que domina Siria. Allí, viendo al monstruo gravemente herido, luchó con él. Pero Tifón se enroscó en torno a él y lo atrapó en sus espirales y, arrebatándole la hoz, le cortó los tendones de las manos y los pies, y levantándolo sobre sus hombros lo llevó a través del mar hasta Cilicia y lo depositó a su llegada en la cueva de Coricia. También allí guardó los tendones, escondidos en una piel de oso, y puso para custodiarlos a la dragona Delfine, que era una doncella medio animal. Pero Hermes y Egipán robaron los tendones y se los entregaron a Zeus sin ser vistos. Y habiendo recuperado sus fuerzas, Zeus, desde el cielo, conduciendo un carro de caballos alados, lanzó a Tifón rayos y truenos y lo persiguió hasta la montaña llamada Nisa, donde las moiras engañaron al fugitivo, pues probó los frutos efímeros convencido de que así se fortalecería. Así, perseguido de nuevo, llegó a Tracia, y luchando en el monte Hemo derribó montañas enteras. Pero cuando estas retrocedieron sobre él por la fuerza del rayo, un torrente de sangre brotó en la montaña, y dicen que de esa circunstancia la montaña fue llamada Hemo. Y cuando emprendió la huida a través del mar de Sicilia, Zeus arrojó sobre él el monte Etna en Sicilia. Se trata de una montaña enorme, de la que hasta el día de hoy se dice que salen ráfagas de fuego de los rayos que se lanzaron. Hasta aquí este tema.

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1.7.1 Prometeo moldeó a los hombres a partir de agua y tierra y les dio también fuego, que, sin que Zeus lo supiera, había escondido en un tallo de hinojo. Pero cuando Zeus se enteró, ordenó a Hefesto que clavara su cuerpo en el monte Cáucaso, que es una montaña escita. En él fue clavado Prometeo y permaneció atado durante muchos años. Cada día un águila se abalanzaba sobre él y devoraba los lóbulos de su hígado, que crecían durante la noche. Esa fue la pena que pagó Prometeo por el robo del fuego hasta que Heracles lo liberó después, como mostraremos al tratar de Heracles.

1.7.2 Y Prometeo tuvo un hijo, Deucalión. Este, que reinaba en las regiones cercanas a Partia, se casó con Pirra, hija de Epimeteo y Pandora, la primera mujer modelada por los dioses. Y cuando Zeus quiso destruir a los hombres de la Edad de Bronce, Deucalión, por consejo de Prometeo, construyó un arcón y, habiéndolo provisto de provisiones, se embarcó en él con Pirra. Pero Zeus, descargando una fuerte lluvia desde el cielo, inundó la mayor parte de Grecia, de modo que todos los hombres fueron destruidos, excepto unos pocos que huyeron a las altas montañas de los alrededores. Fue entonces cuando las montañas de Tesalia se separaron, y que todo el mundo fuera del Istmo y el Peloponeso se vio inundado. Pero Deucalión, flotando en el arcón sobre el mar durante nueve días y otras tantas noches, fue a la deriva hasta el Parnaso, y allí, cuando cesó la lluvia, desembarcó y ofreció sacrificios a Zeus, el dios de la Evasión. Y Zeus le envió a Hermes y le permitió elegir lo que quisiera, y él eligió conseguir hombres. Y por orden de Zeus tomó piedras y las arrojó sobre su cabeza, y las piedras que arrojó Deucalión se convirtieron en hombres, y las piedras que arrojó Pirra se convirtieron en mujeres. De ahí que las personas fueran llamadas metafóricamente personas (λαός) de λᾶας ‘piedra’. Y Deucalión tuvo hijos de Pirra, primero Helena, cuyo padre algunos dicen que fue Zeus, y segundo Anfictión, que reinó sobre el Ática después de Cránao; y tercero una hija, Protogenia, que llegó a ser la madre de Etlio con Zeus.

1.7.3 Helén tuvo a Doro, Juto y Eolo de una ninfa, Orseis. A los que se llamaban griegos los llamó helenos en su honor, y repartió el país entre sus hijos. Juto recibió el Peloponeso y engendró a Aqueo y a Ion de Creúsa, hija de Erecteo, y de Aqueo y de Ion derivan sus nombres los aqueos y los jonios. Doro recibió el país frente al Peloponeso y llamó a los colonos dorios en su honor. Eolo reinó sobre las regiones alrededor de Tesalia y llamó a los habitantes eolios. Se casó con Enarete, hija de Deímaco, y engendró siete hijos, Creteo, Sísifo, Atamante, Salmoneo, Deyón, Magnes, Perieres, y cinco hijas, Cánace, Alcíone, Pisídice, Cálice, Perimede.

Perimede tuvo a Hipodamante y a Orestes de Aqueloo; y Pisídice tuvo a Ántifo y a Áctor de Mirmidón.

1.7.4 Alción se casó con Ceix, hijo de Lucifer. Estos perecieron a causa de su orgullo, pues él decía que su esposa era Hera, y ella decía que su esposo era Zeus. Pero Zeus los convirtió en aves: a ella la hizo martín pescador y a él alcaudón.

Canace tuvo con Poseidón a Hopleo y Nireo y Epopeo y Aloeo y Tríope. Aloeo se casó con Ifimedia, hija de Tríope; pero ella se enamoró de Poseidón y a menudo iba al mar y levantaba las olas con sus manos y las vertía en su regazo. Poseidón se unió con ella y engendró dos hijos, Oto y Efialtes, llamados los Alóadas. Estos crecían cada año un codo de anchura y una braza de altura; y cuando cumplieron nueve años,119 siendo de nueve codos de anchura y nueve brazas de altura, resolvieron luchar contra los dioses, y pusieron el Osa sobre el Olimpo y, habiendo puesto el Pelión sobre el Osa, amenazaron con ascender por medio de estos montes hasta el cielo, y dijeron que, llenando el mar con los montes, lo harían tierra firme, y la tierra la harían mar. Y Efialtes cortejó a Hera, y Oto cortejó a Ártemis; además encadenaron a Ares. Sin embargo, Hermes rescató a Ares con sigilo, y Ártemis mató a los Alóadas en Naxos mediante un ardid, pues se transformó en ciervo y saltó entre ellos, y en su afán por acertar a la presa se lanzaron sus dardos el uno al otro.

1.7.5 Cálice y Aetlio tuvieron un hijo, Endimión, que condujo a los eolios desde Tesalia y fundó Élide. Pero algunos dicen que era hijo de Zeus. Como era de una belleza sobrecogedora, la Luna se enamoró de él, y Zeus le permitió elegir lo que quisiera, y él eligió dormir para siempre, permaneciendo inmortal y sin edad.

1.7.6 Endimión tuvo de una ninfa náyade o, como dicen algunos, de Ifianas, un hijo, Etolo, que mató a Apis, hijo de Foroneo, y huyó al país de Curecia. Allí mató a sus huestes, Doro, Laódoco y Polipetes, hijos de Ftía y Apolo, y llamó al país Etolia por sí mismo.

1.7.7 Etolo y Prónoe, hija de Forbo, tuvieron hijos, Pleurón y Calidón, de quienes las ciudades en Etolia fueron nombradas. Pleurón se casó con Jantipa, hija de Doro, y engendró un hijo, Agénor, e hijas, Estérope y Estratonice y Laofonte. Calidón y Eolia, hija de Amitaón, tuvieron hijas, Epicasta y Protogenia, que tuvo a Oxilo con Ares. Y Agénor, hijo de Pleurón, se casó con Epicasta, hija de Calidón, y engendró a Portaón y a Demónice, que tuvieron a Eveno, Molo, Pilo y Testio con Ares.

1.7.8 Eveno engendró a Marpesa, que fue cortejada por Apolo, pero Idas, hijo de Afareo, se la llevó en un carro alado que recibió de Poseidón. Persiguiéndole en un carro, Eveno llegó al río Licormas, pero, al no poder atraparlo, sacrificó a sus caballos y se arrojó al río, y el río se llama Eveno en su honor.

1.7.9 Pero Idas llegó a Mesenia, y Apolo, enemistándose con él, quiso arrebatarle a la doncella. Mientras luchaban por la mano de la muchacha, Zeus los separó y permitió que la propia doncella eligiera con cuál de los dos se casaría; y ella, por temor a que Apolo la abandonara en su vejez, eligió a Idas por esposo.

1.7.10 Testio tuvo hijas e hijos de Eurítemis, hija de Cleobea: las hijas fueron Altea, Leda, Hipermnestra, y los varones fueron Ificlo, Evipo, Plexipo y Eurípilo.

Portaón y Éurita, hija de Hipodamante, tuvieron hijos: Eneo, Agrio, Alcátoo, Melante, Leucopeo, y una hija, Estérope, de la que se dice que fue la madre de las sirenas con Aqueloo.

1.8.1 Reinando sobre Calidón, Eneo fue el primero que recibió una planta de vid de Dioniso. Se casó con Altea, hija de Testio, y engendró a Toxeo, al que mató con su propia mano porque saltó el foso. Y además de a Toxeo tuvo a Tireo y a Clímeno, y una hija, Gorge, con la que se casó Andremón, y otra hija, Deyanira, de la que se dice que fue engendrada en Altea por Dioniso. Esta Deyanira conducía un carro y practicaba el arte de la guerra, y Heracles luchó por su mano con Aqueloo.

1.8.2 Altea también tuvo un hijo, Meleagro, con Eneo, aunque dicen que fue engendrado por Ares. Se dice que, cuando tenía siete días de edad, las moiras fueron y declararon que Meleagro moriría cuando se consumiera el tizón que ardía en el hogar. Al oír esto, Altea cogió el tizón y lo depositó en un cofre. Meleagro creció hasta convertirse en un hombre invulnerable y galante, pero llegó a su final de la siguiente manera. Al sacrificar las primicias de las cosechas anuales del país a todos los dioses, Eneo se olvidó solo de Ártemis. Pero ella, en su ira, envió un jabalí de tamaño y fuerza extraordinarios, que impidió que se sembrara la tierra y destruyó el ganado y las personas que se enfrentaron a él.

Para atacar a este jabalí, Eneo convocó a todos los hombres más nobles de Grecia y prometió que al que matara a la bestia le daría la piel como premio. Los hombres que se reunieron para cazar al jabalí fueron los siguientes: Meleagro, hijo de Eneo; Driante, hijo de Ares; estos procedían de Calidón; Idas y Linceo, hijos de Afareo, de Mesenia; Cástor y Pólux, hijos de Zeus y Leda, de Lacedemonia; Teseo, hijo de Egeo, de Atenas; Admeto, hijo de Feres, de Feras; Anceo y Cefeo, hijos de Licurgo, de Arcadia; Jasón, hijo de Esón, de Yolcos; Ificles, hijo de Anfitrión, de Tebas; Pirítoo, hijo de Ixión, de Larisa; Peleo, hijo de Éaco, de Ftía; Telamón, hijo de Éaco, de Salamina; Euritión, hijo de Áctor, de Ftía; Atalanta, hija de Esqueneo, de Arcadia; Anfiarao, hijo de Ecles, de Argos. Con ellos fueron también los hijos de Testio.

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Y cuando estuvieron reunidos, Eneo los agasajó durante nueve días; pero el décimo, cuando Cefeo y Anceo y algunos otros desdeñaron ir de caza con una mujer, Meleagro los obligó a seguir la cacería con ella, pues deseaba tener también un hijo de Atalanta, aunque tenía por esposa a Cleopatra, hija de Idas y Marpesa. Cuando rodearon al jabalí, Hileo y Anceo murieron a manos de la bestia, y Peleo mató a Euritión sin querer con una jabalina. Pero Atalanta fue la primera en disparar al jabalí en la espalda con una flecha, y Anfiaro fue el siguiente en dispararle al ojo; pero Meleagro lo mató de una cuchillada en el flanco, y al recibir la piel se la dio a Atalanta. Sin embargo, los hijos de Testio, pensando con desprecio que una mujer obtuviera el premio frente a los hombres, le arrebataron la piel, alegando que les pertenecía por derecho de nacimiento si Meleagro no decidía tomarla.

1.8.3 Pero Meleagro, furioso, mató a los hijos de Testio y entregó la piel a Atalanta. Sin embargo, del dolor por la matanza de sus hermanos, Altea encendió el tizón, y Meleagro expiró inmediatamente.

Pero algunos dicen que Meleagro no murió de esa manera, sino que, cuando los hijos de Testio reclamaron la piel alegando que Ificlo había sido el primero en golpear al jabalí, estalló la guerra entre los curetes y los calidonios; y cuando Meleagro salió y mató a algunos de los hijos de Testio, Altea lo maldijo, y él, furioso, se quedó en casa; sin embargo, cuando el enemigo se acercó a las murallas y los ciudadanos le suplicaron que acudiera en su ayuda, cedió de mala gana a su esposa y salió, y, tras matar al resto de los hijos de Testio, él mismo cayó combatiendo. Tras la muerte de Meleagro, Altea y Cleopatra se ahorcaron, y las mujeres que lloraban al muerto se convirtieron en aves.

1.8.4 Tras la muerte de Altea, Eneo se casó con Peribea, hija de Hipónoo. El autor de la Tebaida dice que cuando Oleno fue saqueado, Eneo recibió a Peribea como un regalo de honor; pero Hesíodo dice que ella fue seducida por Hipóstrato, hijo de Amarinceo, y que su padre Hipónoo la envió lejos de Oleno, en Acaya, a Eneo, porque vivía lejos de Grecia, con la orden de que la matara.

1.8.5 Sin embargo, algunos dicen que Hipónoo descubrió que su hija había sido corrompida por Eneo, y por eso se la envió cuando estaba encinta. De ella Eneo engendró a Tideo. Pero Pisandro dice que la madre de Tideo era Gorge, pues Zeus quiso que Eneo se enamorara de su propia hija.

Cuando Tideo se convirtió en un hombre galante, fue desterrado por matar, como dicen algunos, a Alcátoo, hermano de Eneo; pero, según el autor de la Alcmeónida, sus víctimas fueron los hijos de Melas que habían conspirado contra Eneo, cuyos nombres eran Feneo, Euríalo, Hiperlao, Antíoco, Eumedes, Estérnope, Jantipo y Estenelao; pero, según Ferecides, asesinó a su propio hermano Olenias. Acusado por Agrio, huyó a Argos y llegó hasta Adrasto, con cuya hija Deípila se casó y engendró a Diomedes.

Tideo marchó contra Tebas con Adrasto y murió de una herida que recibió a manos de Melanipo.

1.8.6 Pero los hijos de Agrio, a saber, Tersites, Onquesto, Prótoo, Celeutor, Licopeo y Melanipo, arrebataron el reino a Eneo y se lo dieron a su padre, y además encarcelaron a Eneo en vida de este y lo atormentaron. Sin embargo, Diomedes vino después en secreto con Alcmeón desde Argos y dio muerte a todos los hijos de Agrio, excepto a Onquesto y a Tersites, que habían huido a tiempo al Peloponeso; y como Eneo era viejo, Diomedes dio el reino a Andremón, que se había casado con la hija de Eneo, pero al propio Eneo se lo llevó consigo al Peloponeso. Sin embargo, los hijos de Agrio, que habían escapado, acecharon al anciano en el hogar de Télefo, en Arcadia, y lo mataron. Pero Diomedes llevó el cadáver a Argos y lo enterró en el lugar donde ahora hay una ciudad llamada Enoe en su honor. Y habiéndose casado con Egialia, hija de Adrasto o, como dicen algunos, de Egialeo, fue a la guerra contra Tebas y Troya.

1.9.1 De los hijos de Eolo, Atamante gobernó sobre Beocia y engendró un hijo, Frixo, y una hija, Hele, de Néfele. Y se casó con una segunda esposa, Ino, de la que tuvo a Learco y Melicertes. Pero Ino conspiró contra los hijos de Néfele y persuadió a las mujeres para que tostaran el trigo; y habiendo conseguido el trigo, lo hicieron sin conocimiento de los hombres. Pero la tierra, al estar sembrada de trigo tostado, no dio sus cosechas anuales, por lo que Atamante envió a Delfos para preguntar cómo podría librarse de la carestía. Ino persuadió a los mensajeros para que dijeran que se había predicho que la infertilidad cesaría si Frixo era sacrificado a Zeus. Cuando Atamante oyó eso, fue obligado por los habitantes de la tierra a llevar a Frixo al altar. Pero Néfele los recogió a él y a su hija y les dio un carnero con un vellocino de oro, que había recibido de Hermes, y llevados por el cielo por el carnero cruzaron tierra y mar. Pero cuando estaban sobre el mar que se extiende entre Sigeo y el Quersoneso, Hele cayó a las profundidades y se ahogó, y el mar fue llamado Helesponto en su honor. Pero Frixo llegó a los colcos, cuyo rey era Eetes, hijo del Sol y de Persis, y hermano de Circe y Pasífae, con quien se casó Minos. Recibió a Frixo y le dio una de sus hijas, Calcíope. Y Frixo sacrificó el carnero con el vellocino de oro a Zeus, el dios de la huida, y el vellocino se lo dio a Eetes, que lo clavó en un roble de un bosquecillo de Ares. Y Frixo tuvo hijos de Calcíope, a saber, Argo, Melas, Frontis y Citisoro.

1.9.2 Pero después Atamante también fue privado de los hijos de Ino por la ira de Hera, pues enloqueció y disparó a Learco con una flecha, e Ino se arrojó a sí misma y a Melicertes al mar. Desterrado de Beocia, Atamante preguntó al dios dónde debía morar, y al recibir el oráculo de que debía morar en cualquier lugar en el que fuera agasajado por fieras salvajes, recorrió una gran extensión de país hasta que se encontró con lobos que devoraban trozos de oveja; pero cuando le vieron abandonaron su presa y huyeron. Así que Atamante se asentó en ese país y lo llamó Atamantia en su honor; y se casó con Temisto, hija de Hipseo, y engendró a Leucón, Eritrio, Esqueneo y Ptoo.

1.9.3 Y Sísifo, hijo de Eolo, fundó Éfira, que ahora se llama Corinto, y se casó con Mérope, hija de Atlas. Tuvieron un hijo, Glauco, que con Eurimede tuvo un hijo, Belerofonte, que mató a la Quimera, que respira fuego. Pero Sísifo es castigado en el Hades haciendo rodar una piedra con las manos y la cabeza en un esfuerzo por arrojarla por encima; pero, por más que la empuja, se vuelve hacia atrás. Este castigo lo soporta a causa de Egina, hija de Asopo, porque, cuando Zeus se la había llevado en secreto, se dice que Sísifo reveló el secreto a Asopo, que la estaba buscando.

1.9.4 Deyón reinó sobre Fócide y se casó con Diomede, hija de Juto; y le nacieron una hija, Asterodia, e hijos, Eneto, Áctor, Fílaco y Céfalo, que se casó con Procris, hija de Erecteo. Pero después Aurora se enamoró de él y se lo llevó.

1.9.5 Perieres tomó posesión de Mesenia y se casó con Gorgófone, hija de Perseo, de quien tuvo hijos, a saber, Afareo y Leucipo, y Tindáreo, y también Icario. Pero muchos dicen que Perieres no era hijo de Eolo, sino de Cinortas, hijo de Amiclas, por lo que narraremos la historia de los descendientes de Perieres al tratar de la familia de Atlas.

1.9.6 Magnes se casó con una ninfa náyade, y le nacieron hijos, Polidectes y Dictis; estos colonizaron Serifos.

1.9.7 Salmoneo habitó al principio en Tesalia, pero después llegó a Elide y allí fundó una ciudad. Y como era arrogante y deseaba ponerse en pie de igualdad con Zeus, fue castigado por su impiedad, pues decía que él mismo era Zeus, y retiraba los sacrificios del dios y ordenaba que se los ofrecieran a sí mismo; y arrastrando cueros secos con calderos de bronce en su carro, decía que él tronaba, y arrojando antorchas encendidas al cielo decía que él relampagueaba. Pero Zeus lo fulminó con un rayo y arrasó la ciudad que había fundado con todos sus habitantes.

1.9.8 Y Tiro, hija de Salmoneo y Alcídice, fue criada por Creteo, hermano de Salmoneo, y concibió una pasión por el río Enipeo, y a menudo acudía a sus aguas corrientes y les lanzaba sus lamentos. Pero Poseidón, a semejanza de Enipeo, se acostó con ella, y dio a luz en secreto a dos hijos gemelos, a los que expuso. Mientras los niños yacían desamparados, una yegua, que pertenecía a unos cuidadores de caballos que pasaban por allí, golpeó con su pezuña a uno de los dos niños y le dejó una marca lívida en la cara. El caballerizo recogió a los dos niños y los crio; al que tenía la marca lívida (pelión) lo llamó Pelias, y al otro, Neleo. Cuando crecieron, descubrieron a su madre y mataron a su madrastra Sidero. Como sabían que su madre era maltratada por ella, la atacaron, pero antes de que pudieran atraparla se había refugiado en el recinto de Hera. Sin embargo, Pelias la degolló en los mismos altares, y desde entonces siguió tratando a Hera con desprecio.

1.9.9 Pero después los hermanos se pelearon, y Neleo, siendo desterrado, fue a Mesenia y fundó Pilos, y se casó con Cloris, hija de Anfión, de quien tuvo una hija, Pero, e hijos, a saber, Tauro, Asterio, Pilaón, Deímaco, Euribio, Epilao, Frasio, Eurímenes, Evágoras, Alastor, Néstor y Periclímeno, a quien Poseidón concedió el poder de cambiar de forma. Y cuando Heracles asolaba Pilo, en la lucha Periclímeno se transformó en león, serpiente y abeja, pero fue muerto por Heracles con los otros hijos de Neleo. Solo Néstor se salvó, porque se había criado entre los gerenios. Se casó con Anaxibia, hija de Crátilo, y tuvo como hijas a Pisídice y Policasta, y como hijos a Perseo, Estrático, Areto, Equefrón, Pisístrato, Antíloco y Trasímedes.

1.9.10 Pero Pelias habitó en Tesalia y se casó con Anaxibia, hija de Biante, aunque según algunos su esposa fue Filómaca, hija de Anfión; y engendró un hijo, Acasto, y unas hijas, Pisídice, Pelopía, Hipótoa y Alcestis.

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1.9.11 Creteo fundó Yolcos y se casó con Tiro, hija de Salmoneo, de quien tuvo hijos: Esón, Amitaón y Feres. Amitaón vivió en Pilos y se casó con Idomene, hija de Feres, y le nacieron dos hijos, Biante y Melampo. Este último vivía en el campo, y delante de su casa había una encina, en la que había una guarida de serpientes. Sus criados mataron a las serpientes, pero Melampo recogió leña y quemó los reptiles, y crio a las crías. Y cuando las crías crecieron del todo, se colocaron a su lado en cada uno de sus hombros mientras dormía, y le lamieron los oídos con sus lenguas. Se levantó muy asustado, pero entendía las voces de los pájaros que volaban por encima de él, y por lo que aprendía de ellos predecía a los hombres lo que iba a suceder. Adquirió además el arte de tomar los auspicios y, habiéndose encontrado con Apolo en el Alfeo, fue siempre un excelente adivino.

1.9.12 Biante cortejó a Pero, hija de Neleo. Pero, como había muchos pretendientes por la mano de su hija, Neleo dijo que se la daría a aquel que le llevara las vacas de Fílaco. Estas se encontraban en Fílace y estaban custodiadas por un perro al que ni hombres ni animales podían acercarse. Incapaz de robar las reses, Biante invitó a su hermano a ayudarle. Melampo prometió hacerlo y predijo que sería descubierto en el acto de robarlas, y que conseguiría las vacas después de ser mantenido en cautiverio durante un año. Después de hacer esta promesa, se dirigió a Fílace y, tal como había predicho, fue descubierto en el robo y mantenido prisionero en una celda. Cuando estaba a punto de cumplirse el año, oyó a los gusanos en la parte oculta del tejado; uno de ellos preguntaba cuánta viga había roído ya, y otros respondían que quedaba muy poca. Inmediatamente les ordenó que lo trasladaran a otra celda, y poco después la celda se derrumbó. Fílaco se maravilló y, percibiendo que era un excelente adivino, lo liberó y lo invitó a que le dijera cómo podría conseguir hijos su hijo Ificlo. Melampo prometió decírselo, siempre que consiguiera las vacas. Y habiendo sacrificado y cortado en pedazos dos toros, convocó a las aves; y cuando llegó un buitre, se enteró por él de que una vez, cuando Fílaco estaba castrando carneros, depositó el cuchillo, aún ensangrentado, junto a Ificlo, y que cuando el niño se asustó y huyó, clavó el cuchillo en el roble sagrado, y la corteza envolvió el cuchillo y lo escondió. Dijo, por tanto, que si se encontraba el cuchillo, se raspaba el óxido y se lo daba a beber a Ificlo durante diez días, engendraría un hijo. Habiendo aprendido estas cosas del buitre, Melampo encontró el cuchillo, raspó el óxido y se lo dio a beber a Ificlo durante diez días, y le nació un hijo, Podarces. Pero condujo las vacas a Pilos y, tras recibir a la hija de Neleo, se la dio a su hermano. Durante un tiempo siguió viviendo en Mesenia, pero cuando Dioniso enloqueció a las mujeres de Argos, las curó a condición de recibir parte del reino, y se estableció allí con Biante.

1.9.13 Biante y Pero tuvieron un hijo, Tálao, que se casó con Lisímaca, hija de Abante, hijo de Melampo, y tuvo de ella a Adrasto, Partenopeo, Prónax, Mecisteo, Aristómaco y Erifile, con quien se casó Anfiarao. Partenopeo tuvo un hijo, Prómaco, que marchó con los epígonos contra Tebas; y Mecisteo tuvo un hijo, Euríalo, que fue a Troya. Prónax tuvo un hijo, Licurgo; y Adrasto tuvo de Anfitea, hija de Prónax, tres hijas, Argia, Deípile y Egialia, y dos hijos, Egialeo y Cianipo.

1.9.14 Feres, hijo de Creteo, fundó Feras en Tesalia y engendró a Admeto y Licurgo. Licurgo fijó su residencia en Nemea, y habiéndose casado con Eurídice, o, como dicen algunos, con Anfitea, engendró a Ofeltes, llamado después Arquémoro.

1.9.15 Cuando Admeto reinaba sobre Feras, Apolo le servía como su siervo, mientras Admeto cortejaba a Alcestis, hija de Pelias. Pelias había prometido dar su hija a quien unciera un león y un jabalí a un carro, y Apolo los unció y se los dio a Admeto, quien se los llevó a Pelias y así obtuvo a Alcestis. Pero al ofrecer un sacrificio en su matrimonio, se olvidó de hacerlo a Ártemis, por lo que cuando abrió la cámara nupcial la encontró llena de serpientes enroscadas. Apolo le pidió que apaciguara a la diosa y obtuvo como favor de las moiras que, cuando Admeto estuviera a punto de morir, pudiera ser liberado de la muerte si alguien decidía voluntariamente morir por él. Y cuando llegó el día de su muerte, ni su padre ni su madre quisieron morir por él, sino que Alcestis murió en su lugar. Pero la doncella la hizo subir de nuevo, o, como dicen algunos, Heracles luchó con Hades y la llevó hasta él.

1.9.16 Esón, hijo de Creteo, tuvo un hijo, Jasón, de Polimeda, hija de Autólico. Jasón vivía en Yolcos, de la que Pelias era rey después de Creteo. Pero cuando Pelias consultó al oráculo acerca del reino, el dios le advirtió que tuviera cuidado con el hombre de una sola sandalia. Al principio el rey no entendió el oráculo, pero después lo comprendió, pues, cuando estaba ofreciendo un sacrificio en el mar a Poseidón, mandó llamar a Jasón, entre otros muchos, para que participara en él. Jasón amaba la ganadería y por eso vivía en el campo, pero fue corriendo al sacrificio y, al cruzar el río Anauro, perdió una sandalia en la corriente y pasó solo con una. Al verlo, Pelias se acordó del oráculo y, acercándose a Jasón, le preguntó qué haría, suponiendo que tuviera el poder, si hubiera recibido el oráculo de que había de ser asesinado por uno de los ciudadanos. Jasón respondió, ya fuera al azar o instigado por la furiosa Hera para que Medea resultara una maldición para Pelias, que no honraba a Hera: «Le ordenaría —dijo— que trajera el vellocino de oro». Nada más oír esto, Pelias le ordenó que fuera en busca del vellocino; ahora estaba en Cólquide, en un bosque de Ares, colgado de una encina y custodiado por un dragón insomne.

Enviado a buscar el vellocino, Jasón pidió ayuda a Argo, hijo de Frixo; y Argo, por consejo de Atenea, construyó una nave de cincuenta remos llamada Argo en honor de su constructor; y en la proa Atenea colocó un madero parlante de la encina de Dodona. Cuando la nave estuvo construida, y consultó al oráculo, el dios le dio permiso para reunir a los nobles de Grecia y zarpar. Y los que se reunieron fueron los siguientes: Tifis, hijo de Hagnias, que conducía la nave; Orfeo, hijo de Eagro; Zetes y Calais, hijos de Bóreas; Cástor y Pólux, hijos de Zeus; Telamón y Peleo, hijos de Éaco; Heracles, hijo de Zeus; Teseo, hijo de Egeo; Idas y Linceo, hijos de Afareo; Anfiarao, hijo de Ecles; Ceneo, hijo de Corono; Palemón, hijo de Hefesto o de Etolo; Cefeo, hijo de Aleo; Laertes, hijo de Arcisio; Autólico, hijo de Hermes; Atalanta, hija de Esceneo; Menecio, hijo de Áctor; Áctor, hijo de Hipaso; Admeto, hijo de Feres; Acasto, hijo de Pelias; Éurito, hijo de Hermes; Meleagro, hijo de Eneo; Anceo, hijo de Licurgo; Eufemo, hijo de Poseidón; Peante, hijo de Táumaco; Butes, hijo de Teleón; Fano y Estáfilo, hijos de Dioniso; Ergino, hijo de Poseidón; Periclímeno, hijo de Neleo; Augeas, hijo del Sol; Íficlo, hijo de Testio; Argo, hijo de Frixo; Euríalo, hijo de Mecisteo; Penéleo, hijo de Hipalmo; Leito, hijo de Aléctor; Ífito, hijo de Naubolo; Ascálafo y Yálmeno, hijos de Ares; Asterio, hijo de Cometes; Polifemo, hijo de Élato.

1.9.17 Estos, con Jasón como capitán, se hicieron a la mar y llegaron a Lemnos. En aquel tiempo sucedió que Lemnos estaba desprovista de hombres y gobernada por una reina, Hipsípila, hija de Toante, por la siguiente razón. Las mujeres de Lemnos no honraban a Afrodita, que las visitó con un olor fétido, por lo que sus esposos tomaban mujeres cautivas del país vecino de Tracia y se acostaban con ellas. Así deshonradas, las mujeres de Lemnos asesinaron a sus padres y maridos, pero solo Hipsípila salvó a su padre Toante escondiéndolo. Así pues, habiendo llegado a Lemnos, en ese momento gobernada por mujeres, los argonautas tuvieron relaciones sexuales con las mujeres, e Hipsípila se acostó con Jasón y tuvo hijos, Euneo y Nebrofono.

1.9.18 Y después de Lemnos desembarcaron entre los doliones, de los que Cícico era rey. Este los recibió amablemente. Pero habiéndose hecho a la mar desde allí de noche y encontrándose con vientos contrarios, perdieron el rumbo y desembarcaron de nuevo entre los doliones. Sin embargo, los doliones, tomándolos por un ejército pelasgo (pues eran constantemente acosados por los pelasgos), entablaron combate con ellos por la noche sin reconocerse los unos a los otros. Los argonautas mataron a muchos, y entre ellos a Cícico; pero de día, cuando supieron lo que habían hecho, lloraron y se cortaron el pelo y dieron a Cícico un costoso entierro; y después del entierro navegaron y arribaron a Misia.

1.9.19 Allí dejaron a Heracles y a Polifemo, pues Hilas, hijo de Tiodamante, siervo de Heracles, había sido enviado a sacar agua y, a causa de su belleza, las ninfas se lo llevaron. Pero Polifemo lo oyó gritar y, desenvainando la espada, lo persiguió creyendo que se lo llevaban unos ladrones. Al encontrarse con Heracles, se lo contó; y mientras ambos buscaban a Hilas, la nave se hizo a la mar. Entonces Polifemo fundó una ciudad, Cío, en Misia, y gobernó como rey; pero Heracles regresó a Argos. Sin embargo, Herodoro dice que Hércules no navegó en aquel tiempo, sino que sirvió como esclavo en la corte de Ónfale. Pero Ferecides dice que fue abandonado en Afetas, en Tesalia, ya que la Argo declaró con voz humana que no podía soportar su peso. No obstante, Demarato ha dejado constancia de que Heracles navegó hasta Cólquide, pues Dionisio incluso afirma que era el jefe de los argonautas.

1.9.20 De Misia partieron hacia la tierra de los bébrices, que estaba gobernada por el rey Ámico, hijo de Poseidón y de una ninfa bitinia. Siendo un hombre valiente, obligaba a los extranjeros que desembarcaban a boxear, y de esa manera acababa con ellos. Así pues, dirigiéndose a la Argo, como de costumbre, retó al mejor hombre de la tripulación a un combate de boxeo. Pólux se comprometió a boxear contra él y lo mató de un golpe en el codo. Cuando los bébrices se abalanzaron sobre él, los jefes les arrebataron las armas y los pusieron en fuga con gran mortandad.

1.9.21 De allí se hicieron a la mar y llegaron a tierra en Salmideso, en Tracia, donde vivía Fineo, un vidente que había perdido la vista de ambos ojos. Algunos dicen que era hijo de Agenor, pero otros, que era hijo de Poseidón, y se alega que fue cegado por los dioses por predecir a los hombres el futuro; o por Bóreas y los argonautas, porque cegó a sus propios hijos a instigación de su madrastra; o por Poseidón, porque reveló a los hijos de Frixo cómo podían navegar desde Cólquide hasta Grecia. Los dioses también le enviaron a las harpías. Estas eran criaturas femeninas aladas, y cuando se ponía una mesa para Fineo, bajaban volando del cielo y se llevaban la mayor parte de las vituallas, y lo poco que dejaban apestaba de tal manera que nadie podía tocarlo. Cuando los argonautas quisieron consultarle sobre el viaje, dijo que les aconsejaría sobre él si le libraban de las harpías. Así pues, los argonautas pusieron una mesa de viandas junto a él, y las harpías, con un chillido, se abalanzaron de repente y le arrebataron la comida. Cuando Zetes y Calais, los hijos de Boreas, vieron aquello, desenvainaron sus espadas y, siendo alados, las persiguieron por el aire. Ahora bien, estaba predestinado que las harpías perecieran a manos de los hijos de Bóreas, y que los hijos de Bóreas murieran al no poder atrapar a una fugitiva. Así pues, las harpías fueron perseguidas y una de ellas cayó en el río Tigres, en el Peloponeso, el río que ahora se llama Harpis por ella; algunos la llaman Nicótoe, pero otros Aélopo; pero la otra, llamada Ocípete o, según otros, Ocítoe (pero Hesíodo la llama Ocípode) huyó por la Propóntide hasta que llegó a las islas Equínadas, que ahora se llaman Estrófades por ella; porque cuando llegó a ellas se volvió (ἐστράφη estráfe) y estando en la orilla cayó por el gran cansancio con su perseguidor. Pero Apolonio en la Argonáutica dice que las harpías fueron perseguidas hasta las islas Estrófades y no sufrieron daño alguno, habiendo jurado que no agraviarían más a Fineo.

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1.9.22 Deshecho de las harpías, Fineo reveló a los argonautas el curso de su viaje, y les aconsejó sobre las rocas chocantes en el mar. Eran enormes acantilados que, chocando entre sí por la fuerza de los vientos, cerraban el paso al mar. Gruesa era la niebla que los cubría, y fuerte el estruendo, y ni siquiera los pájaros podían pasar entre ellos. Entonces les dijo que dejaran volar una paloma entre las rocas y, si la veían pasar a salvo, que atravesaran el estrecho con ánimo tranquilo; pero si la veían perecer, que no forzaran el paso. Cuando oyeron esto, se hicieron a la mar, y al acercarse a las rocas dejaron volar una paloma desde la proa, y mientras volaba el choque de las rocas le cortó la extremidad de la cola. Así pues, esperaron a que las rocas retrocedieran y, remando con fuerza y con la ayuda de Hera, las atravesaron. A partir de entonces, las rocas chocantes permanecieron inmóviles, pues estaba predestinado que, tan pronto como un barco hubiera hecho el pasaje, se detuvieran por completo.

1.9.23 Los argonautas llegaron ahora a los mariandinos, y allí el rey Lico los recibió amablemente. Allí murió Idmón el vidente de una herida infligida por un jabalí; y allí también murió Tifis, y Anceo se encargó de gobernar la nave.

Y habiendo navegado más allá del Termodonte y del Cáucaso, llegaron al río Fasis, que está en la tierra de los colcos. Cuando la nave fue llevada a puerto, Jasón se dirigió a Eetes y, exponiéndole la acusación que le había hecho Pelias, le invitó a que le diera el vellocino. El otro prometió dárselo si él solo uncía a los toros de patas de bronce. Eran dos toros salvajes que tenía, de enorme tamaño, regalo de Hefesto; tenían patas de bronce y echaban fuego por la boca. Eetes le ordenó que los unciera y que sembrara dientes del dragón, pues había obtenido de Atenea la mitad de los dientes del dragón que Cadmo sembró en Tebas. Mientras Jasón se preguntaba cómo podría uncir a los toros, Medea se enamoró de él; era una bruja, hija de Eetes y de Idía, hija de Océano. Y temiendo que fuese destruido por los toros, ella, ocultándoselo a su padre, prometió ayudarle a uncir a los toros y entregarle el vellocino si juraba tenerla por esposa y la llevaba consigo en el viaje a Grecia. Cuando Jasón juró hacerlo, ella le dio una droga con la que le pidió que ungiera su escudo, su lanza y su cuerpo cuando se dispusiera a uncir a los toros, pues dijo que, ungido con ella, no podría ser dañado ni por el fuego ni por el hierro por un solo día. Y ella le indicó que, cuando los dientes estuvieran sembrados, hombres armados surgirían de la tierra contra él; y cuando viera un grupo de ellos, debía arrojarles piedras desde lejos, y cuando se pelearan entre ellos por eso, él debía matarlos. Al oír esto, Jasón se ungió con la droga y, habiendo llegado al bosquecillo del templo, buscó a los toros, y, aunque le embistieron con una llamarada de fuego, los unció. Y cuando hubo sembrado los dientes, se alzaron del suelo hombres armados; y donde vio a varios juntos, los apedreó sin ser visto, y, mientras luchaban entre sí, se acercó y los mató. Pero aunque los toros estaban uncidos, Eetes no dio el vellocino, pues deseaba quemar la Argo y matar a la tripulación. Pero antes de que pudiera hacerlo, Medea llevó a Jasón de noche hasta el vellocino y, habiendo adormecido con sus drogas al dragón que lo custodiaba, se apoderó del vellocino y en compañía de Jasón llegó a la Argo. También la acompañaba su hermano Apsirto. Y con ellos los argonautas se hicieron a la mar de noche.

1.9.24 Cuando Eetes descubrió la osadía de Medea, salió en persecución de la nave; pero al verle cerca, Medea asesinó a su hermano y cortándole miembro a miembro arrojó los pedazos a las profundidades. Recogiendo los miembros del niño, Eetes se quedó atrás en la persecución, por lo que dio media vuelta y, habiendo enterrado los miembros rescatados de su hijo, llamó al lugar Tomi. Pero envió a muchos de los colcos a buscar la Argo, amenazándoles con que, si no le llevaban a Medea, sufrirían el castigo debido a ella; así pues, se separaron y prosiguieron la búsqueda en diversos lugares.

Cuando los argonautas navegaban ya más allá del río Erídano, Zeus envió sobre ellos una furiosa tormenta y los desvió de su ruta, porque estaba furioso por el asesinato de Apsirto. Y mientras navegaban por las islas Apsírtidas, la nave habló, diciendo que la ira de Zeus no cesaría a menos que viajaran a Ausonia y fueran purificados por Circe por el asesinato de Apsirto. Así pues, cuando hubieron navegado más allá de las naciones ligures y celtas y habían viajado a través del mar de Cerdeña, bordearon Tirrenia y llegaron a Eea, donde suplicaron a Circe y fueron purificados.

1.9.25 Y mientras navegaban junto a las sirenas, Orfeo contuvo a los argonautas entonando una contramelodía. Butes nadó solo hacia las sirenas, pero Afrodita se lo llevó y lo instaló en Lilibeo.

Después de las sirenas, la nave se encontró con Caribdis y Escila y las rocas errantes, sobre las que se veía elevarse una gran llama y humo. Pero Tetis con las nereidas dirigió el barco a través de ellas ante la petición de Hera.

Después de pasar por la isla de Trinacia, donde están las vacas del Sol, llegaron a Corcira, la isla de los feacios, de la que era rey Alcínoo. Pero cuando los colcos no pudieron encontrar el barco, algunos de ellos se establecieron en las montañas de Ceraunia, y otros viajaron a Iliria y colonizaron las islas Apsírtidas. Pero algunos llegaron a los feacios y, al encontrar allí la Argo, exigieron a Alcínoo que entregara a Medea. Él respondió que, si ella ya había conocido a Jasón, se la entregaría a este, pero que, si aún era virgen, la enviaría con su padre. Sin embargo, Arete, esposa de Alcínoo, se adelantó a los acontecimientos casando a Medea con Jasón; de ahí que los colcos se establecieran entre los feacios y los argonautas se hicieran a la mar con Medea.

1.9.26 Navegando de noche se encontraron con una violenta tormenta, y Apolo, tomando su posición en las cordilleras Melantianas, lanzó un relámpago hacia abajo, disparando un rayo en el mar. Entonces percibieron una isla cercana, y anclando allí la llamaron Anafe, porque había surgido (ἀναφανῆναι anaphanenai) inesperadamente. Así pues, fundaron un altar de Apolo Radiante y, habiendo ofrecido sacrificios, se dispusieron a festejar; y doce siervas, que Arete había dado a Medea, bromeaban alegremente con los jefes, de donde todavía es costumbre que las mujeres bromeen en el sacrificio.

Haciéndose a la mar desde allí, Talos les impidió arribar a Creta. Algunos dicen que era un hombre de la raza de bronce; otros, que fue entregado a Minos por Hefesto; era un hombre de bronce, pero algunos dicen que era un toro. Tenía una sola vena que se extendía desde el cuello hasta los tobillos, y un clavo de bronce se clavaba en el extremo de la vena. Este Talos montaba guardia y recorría la isla tres veces al día, por lo que, cuando veía la Argo en la costa, le lanzaba piedras, como solía hacer. Su muerte fue provocada por las artimañas de Medea, ya sea, como algunos dicen, que lo volvió loco con drogas, o, como otros dicen, que le prometió hacerlo inmortal y luego le sacó el clavo, de modo que todo el icor salió y él murió. Pero algunos dicen que Peante le disparó mortalmente en el tobillo.

Después de pasar allí una sola noche, se dirigieron a Egina para sacar agua, y surgió una disputa entre ellos sobre la extracción del agua. De allí navegaron entre Eubea y Locris y llegaron a Yolcos, habiendo completado todo el viaje en cuatro meses.

1.9.27 Pelias, desesperado ante el regreso de los argonautas, quería matar a Esón, pero este pidió que se le permitiera quitarse la vida y, al ofrecer un sacrificio, bebió libremente de la sangre del toro y murió. La madre de Jasón maldijo a Pelias y se ahorcó, dejando un hijo pequeño, Prómaco; pero Pelias mató incluso al hijo que había dejado. A su regreso, Jasón entregó el vellocino, pero, aunque ansiaba vengar sus ofensas, esperó su momento. Entonces navegó con los jefes hasta el Istmo y dedicó la nave a Poseidón, pero después exhortó a Medea a que ideara la forma de castigar a Pelias. Así pues, se dirigió al palacio de Pelias y persuadió a sus hijas para que hicieran carne picada de su padre y lo hirvieran, prometiéndoles que lo haría joven de nuevo con sus drogas; y para ganarse su confianza cortó un carnero y lo convirtió en cordero hirviéndolo. Pero Acasto enterró a su padre con la ayuda de los habitantes de Yolcos y expulsó a Jasón y a Medea de Yolcos.

1.9.28 Se fueron a Corinto y vivieron allí felices durante diez años, hasta que Creonte, rey de Corinto, desposó a su hija Glauce con Jasón, quien se casó con ella y se divorció de Medea. Pero ella invocó a los dioses por los que Jasón había jurado, y, después de reprenderle a menudo por su ingratitud, envió a la novia una túnica impregnada de veneno, que, cuando Glauce se hubo puesto, fue consumida por un fuego feroz junto con su padre, que acudió a rescatarla. Pero a Mérmero y a Feres, los hijos que Medea tuvo con Jasón, los mató, y, habiendo conseguido del Sol un carro tirado por dragones alados, huyó en él a Atenas. Otra tradición dice que en su huida dejó atrás a sus hijos, que aún eran niños, poniéndolos como suplicantes en el altar de Hera de las Alturas; pero los corintios se los llevaron y los hirieron de muerte.

Medea llegó a Atenas y, estando allí casada con Egeo, le dio un hijo, Medo. Más tarde, sin embargo, conspirando contra Teseo, fue expulsada fugitiva de Atenas con su hijo. Pero este conquistó a muchos bárbaros y nombró a todo el país bajo su mando Media, y, marchando contra los indios, encontró la muerte. Y Medea llegó desconocida a Cólquide, y al encontrar que Eetes había sido depuesto por su hermano Perses, mató a Perses y restituyó el reino a su padre.

«Libro primero de la «Biblioteca mitológica» de Apolodoro» es un contenido de Paco Álvarez publicado en ACADEMIALATIN.com


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